Luis dio involuntariamente un golpe que hirió el labio de su rival. Aunque el médico dio su consentimiento para continuar el combate, el entrenador del contrincante decidió que no podía seguir, y los árbitros cancelaron el combate descalificando a Ballesteros. Pese a la no acertada decisión de los jueces, Luis consiguió el tercer puesto en el Campeonato de España, colgándose la medalla de bronce.
Ahora toca aprender de los errores y continuar los entrenamientos con más intensidad y con más ganas.